El 14 de julio de 1931, el Parlamento surgido de las elecciones del 28 de junio se reunía para su sesión de apertura, una jornada histórica porque arrancaba la legislatura en la que, por primera vez, la ciudadanía española no solo estaba representada por hombres, a pesar de que solo los hombres habían tenido voz para elegir a sus 470 representantes.
Clara Campoamor y Victoria Kent
Dos mujeres, Clara Campoamor y Victoria Kent, ocupaban por primera vez un escaño en unas Cortes que se enfrentaban al reto de dotar al país de un nuevo marco jurídico político, el texto constitucional que haría posible que en las siguientes elecciones, en noviembre de 1933, las mujeres ejercieran también el derecho a votar.
La Cámara se había reunido en una sesión previa a la solemne apertura, la llamada Junta Preparatoria, a la que los periódicos dedicaron decenas de páginas. Una parte del interés informativo se centró en la llegada al escaño de Campoamor y Kent. Veamos cómo las cabeceras más relevantes del país contaron este momento.
“Doña Clara Campoamor y doña Victoria Kent constituyen la novedad de la representación femenina en las Constituyentes”, relataba el ABC.
Este diario, como gran parte de los periódicos, recogía el ambiente de este 13 de julio, tanto fuera como dentro del Congreso: el pueblo que esperaba en las inmediaciones y los diputados que abarrotaban los pasillos minutos antes del inicio de la sesión de apertura de las Cortes.
Ahora destacaba la candidatura de Julián Besteiro para la presidencia de las Cortes, al igual que ‘El Imparcial’, que a doble página narraba las idas y venidas al Congreso de miembros del Gobierno y de diputados que dialogaban entre ellos en las estancias de la Cámara. Pero también recogía, con nombre y apellido, quiénes ocuparían los escaños del Hemiciclo, donde por primera vez habría presencia de mujeres. Así, dos nombres femeninos acaparaban la atención: Clara Campoamor y Victoria Kent.
“El primer diputado femenino”
Las primeras líneas que El Sol redactó sobre la junta preparatoria de las Cortes Constituyentes iban dedicadas a Campoamor, a quien el periódico se refería como el “primer diputado femenino” para narrar su llegada al Congreso.
Otro diario de la época, esta vez El Heraldo publicó una entrevista a Clara Campoamor que se realizó en su propio despacho, “una alegre habitación (…) porque se abre a la plaza de Santa Ana, esa castiza plaza madrileña donde las tardes juegan cientos de niños”.
La conversación fluyó entre preguntas y respuestas sobre, especialmente, la “lucha electoral” de los días anteriores, como la calificó el plumilla, la “labor intensa”, como la denominó Campoamor y las explicaciones para dejar claro que las mujeres estaban capacitadas para el voto.
«La mujer debe ser elegible y electora también»
“Desde luego, no cabe duda de que la mujer debe ser elegible y electora también”, reprochó Clara Campoamor ante la pregunta que muchos se hacían: “y usted cree, Clara, que realmente las mujeres de España están capacitadas para el voto”.
De esta forma, Campoamor dejaba entrever en sus respuestas la labor de las futuras Cortes: el voto de la mujer y el divorcio. “Y del divorcio, qué opina usted?”, preguntó el periodista. A lo que la parlamentaria respondió “hombre, que hay que establecerlo enseguida”.
Si ‘El Heraldo’ recogía las palabras de Clara Campoamor, La Libertad plasmó las palabras de otra pionera: Victoria Kent, también defensora del voto de la mujer “pero condicionado”.
Cabe destacar que, las ediciones de estos días también mostraron un ejemplo de un cambio significativo en el modelo de comunicación social en España, similar al que estaba ocurriendo en otros países de su entorno: la consolidación de la radio como medio de comunicación de masas. Varias cabeceras publicaron un anuncio publicitario de un aparato de radio bajo el eslogan “Oiga desde su casa las Cortes”, asegurando que “las sesiones serán transmitidas por radio llevando a todos los hogares la emoción del resurgimiento nacional”.
El día 15 de julio, los periódicos dieron buena cuenta de lo acontecido en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo el día previo. “Se abre la sesión. El reloj del salón de actos marca las siete en punto.” Con estas palabras, que recogieron varias publicaciones, arrancaba el Diario de Sesiones de aquel día.
Crónicas parlamentarias, información política, y también, fotografías de la sesión y retratos de los diputados acaparaban las páginas de los diarios. La imagen y en concreto la fotografía, era ya un recurso extendido en la prensa de la época. Así, La Libertad ilustraba su crónica con una fotografía de Niceto Alcalá Zamora pronunciando su discurso de saludo a la cámara constituyente. Mundo Gráfico publicó dos fotografías de las bancadas de escaños en las que se observa tanto a Campoamor como a Kent sentadas en sus escaños. Esta misma publicación:
El arranque de las sesiones parlamentarias fue el pistoletazo de salida para una eclosión del periodismo y la crónica parlamentaria. Y dentro de ella, siguió teniendo interés informativo la mayor presencia de la mujer en la vida pública. Como ejemplo, sendas publicaciones del diario ABC del 24 de julio.
Por una parte, una fotografía que ilustra un “lunch íntimo con que las auxiliares del Cuerpo de Telégrafos obsequiaron (…) a su compañera la señorita Clara Campoamor, con motivo de su elección para diputado a Cortes” (sic). Campoamor había aprobado las oposiciones de auxiliares de telégrafos en 1910 y como tal trabajó en Zaragoza y San Sebastián hasta 1914, cuando regresa a Madrid para enseñar taquigrafía y mecanografía en la Escuela de Adultas.
Por otra, el periódico recoge una breve entrevista a Lilí Álvarez. La tenista y periodista fue enviada por el Daily Mail para cubrir “el momento político y social”. Dice que le interesa “de una manera especial la mujer española” y que tiene especial interés en hablar con Kent y con la mujer de Marañón.
La presencia de las mujeres no fue única novedad de esta primera sesión de Cortes, el 14 de julio de 1931 también se conformó como un día en el que se encontraban caras nuevas, jóvenes diputados y periodistas que volvían a recorrer los pasillos del Congreso. Un día que se tornaría histórico en la política y el parlamentarismo español y tanto el pueblo como sus representantes políticos lo sabía.