El artículo 1 de la Constitución Española, que determina que la España constitucional será un Estado Social y democrático de derecho, fue redactado por los miembros de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas el 11 de mayo de 1978.
En esta reunión, la Comisión debatió sobre los valores superiores del ordenamiento jurídico español, la soberanía nacional y la forma política del Estado. El resultado de esta discusión fue el mencionado artículo primero, que consta de tres apartados:
- España se constituye en un Estado social y democrático de derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
Este punto fue aprobado por unanimidad.
- La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado.
Este apartado tuvo tres abstenciones por parte de los diputados Arzalluz, Morodo y Solé Tura.
- La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.
La Monarquía recibió el respaldo de todos los grupos (UCD, Alianza Popular, Partido Comunista, minoría catalana y grupo vasco), excepto de los socialistas que confirmaron su actitud “republicana” con su abstención. También se abstuvo el diputado Emilio Gastón, del grupo mixto. No hubo ningún voto en contra.
El periodista Abel Hernández relató la jornada del 11 de mayo del 78 hablando sobre la monarquía, los socialistas y los vascos. El redactor del periódico Informaciones auguraba que a pesar de la abstención, una hipotética entrada en el Gobierno de los socialistas contribuiría a la definitiva consolidación de la monarquía en España.
En el mismo diario, el redactor Lorenzo Contreras recogió varias anécdotas sobre las dificultades para encajar las palabras “soberanía” o “pueblo” en el texto constitucional. También hace mención a la postura del Partido Comunista, representado en la comisión por el diputado Jordi Solé Tura, que apostó por la monarquía a pesar de su tradición republicana.
El diario de Sesiones de ese día recoge la intervención de Solé Tura donde defendió la postura del Partido Comunista afirmando que “de lo que se trata hoy fundamentalmente es de hacer pasar la línea divisoria por donde pasa, no establecer líneas divisorias artificiales. Hoy lo que divide a los ciudadanos de este país, fundamentalmente, no es la línea divisoria entre monárquicos y republicanos, sino entre partidarios de la democracia y enemigos de la democracia”.