Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1934), político, bioquímico y profesor, vivió el proceso de Transición democrática como diputado de la Legislatura Constituyente por UCD. En 1987 fue designado director general de la UNESCO, cargo que desempeñaría hasta 1999. Antes había sido ministro de Educación entre 1981 y 1982 durante el gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo, y subsecretario de Educación y Ciencia desde 1974 hasta 1975.
Como protagonista de los años de Transición a la democracia y de elaboración de la Constitución hablamos con él sobre los desafíos políticos de una época, del valor y vigencia del texto constitucional y de la importancia de la educación en una sociedad democrática y avanzada.
Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, España; 1934). En 1958 se licenció como doctor en Farmacia por la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid. Vida también dedicada, entre otras cosas, a la enseñanza empezando como catedrático de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada y más tarde rector de esta Universidad, y terminando, hasta el año 2004 como Catedrático de Bioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid.
En 1971 le proclamaron vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, dónde más tarde fue presidente en funciones. Y en 1974 fue Cofundador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, el cual dirigió durante 4 años.
Una vida volcada a la política. Subsecretario de Educación y Ciencia durante la legislatura de Arias Navarro o diputado en el Parlamento de España durante la dictadura, hasta consejero del presidente del gobierno durante la Transición. Más tarde durante la legislatura de Calvo-Sotelo, fue nombrado Ministro de Educación y Ciencia en 1981. Después de esta etapa como ministro, estuvo en cargos tales como diputado en el Parlamento Europeo (1987) o Director General de la UNESCO desde 1987 hasta 1999.
La transición y el papel de sus principales actores
Lo que era fundamental, era no pensar en república o monarquía, sino que era pensar en dictadura o democracia. Y en aquel momento hubo y esto que quiero destacarlo, una serie de actores que cumplieron un papel que era muy insólito, por ejemplo, el del Príncipe Don Juan Carlos. Me dijo, “Usted comprenderá que yo sea monárquico, ¿verdad?” Dice, “pero yo le respeto a usted siendo republicano”.
Todo esto es importante ahora recordarlo porque no cabe duda de que el Príncipe fue un gran actor en aquel momento para la transición. Pero, después hubo una persona como Don Santiago Carrillo porque en aquel momento el socialismo era muy reciente, la renovación del socialismo. Sin embargo, había un partido, el Partido Comunista, que este sí, este había pasado durante todos estos años una situación extraordinariamente difícil y, sin embargo, se encuentran con que Santiago Carrillo, un personaje que tiene la calidad para decir: “no, ahora no es el momento de plantear lo que nosotros pretendíamos, no es el momento de plantear ahora una república, ahora es el momento de plantear que haya en España una democracia y que haya una posibilidad de tener un sistema parlamentario de primer orden etcétera”. Y después había pues personas como el Cardenal Tarancón. El Cardenal Tarancón, pues, una persona que preconizaba acompañado de otro personaje que era José María Martín Patino la confesionalidad.
La figura de Adolfo Suárez
Esto fue una gran operación a mi modo de ver capitaneada por Adolfo Suárez que al principio yo lo miraba con cierto reparo, era el Secretario General del Movimiento, pero hay que reconocer que resultó ser un político absolutamente extraordinario. Y, que además conocía el tema desde dentro y por eso los podía resolver.
Yo después he tenido el honor de trabajar muy cerca en la Perestroika y en la Glásnost del Presidente Mijaíl Gorbachov Y era lo mismo. Yo pensaba “estos personajes hicieron exactamente lo contrario de lo que uno podía imaginar, pero lo hacían con conocimiento de causa y por eso, permitieron aquella transición que fuerealmente una transición muy bien planeada”.
La Transición fue un éxito de audacia, de personajes que supieron jugar muy bien sus cartas”
La Transición fue un éxito de audacia, sobre todo de Adolfo Suárez, de inteligencia, de personajes que supieron jugar muy bien sus papeles y que ahora no se pueden juzgar como si viviéramos en el contexto actual, sino que hay que retrotraerse y vivir en aquel momento.
Adolfo Suárez me pidió que yo fuera candidato de Unión de Centro Democrático y la verdad es que yo le dije que “era de Cataluña” y le dije que “¿Por qué iba yo a ir por Granada? Y, me quedó mirando y me dijo, “Yo pensé que eras más progresista, yo pensé que tú ya eras un ciudadano del mundo”. Fíjese que esta pregunta tiene una calidad extraordinaria, es decir, en el fondo me decía “Oye ¿Tú eres el que dice que hay… y ahora, me dices que siendo de Cataluña no puedes ir por Granada? Y fui por Granada.
Y, además, fui independiente. Fui Constituyente, pero después ya a él y también al Rey en aquel momento les pareció que yo no debía rechazar ir a la UNESCO como Director General Adjunto, pero algunos artículos, por ejemplo, el que se refiere a los niños que en aquel momento ya habíamos creado un plan de prevención para los niños discapacitados, para las personas discapacitadas, este que es el artículo 49 pues, lo escribió Landelino Lavilla y estaba muy contento con que fuera que era yo el que lo escribía. Y tuve esta participación porque la prevención sanitaria es de los temas en lo que yo siempre he trabajado como biólogo molecular,
Valor y vigencia de la Constitución
El resultado fue de una Constitución que debería de haberse ya modificado en algunos aspectos. Ha habido una resistencia enorme a cambiar algunos aspectos de la Constitución, especialmente del Título octavo que se refiere a la estructura de Estado. Pero, esto ya son defectos ulteriores. Si hablamos de la Transición, me parece perfecto, la Constitución en aquel momento era lo mejor que se podía hacer, el mejor fruto que de aquellas semillas podía obtenerse. Ahora, ya después se hubieran tenido que hacer como le digo y además como ha pasado en otras Constituciones de otros países.
La Constitución era el mejor fruto que de aquéllas semillas se podía obtener”
España, ya lo dice el artículo segundo tiene que ser absolutamente una unidad inviolable, pero al mismo tiempo tenemos que tener en cuenta, la diversidad.
Y todo esto, en los demás países, se ha solucionado a través de un Sistema Federal. El Sistema Federal puede ser como en Estados Unidos, de una Nación pluriestatal, o puede ser, que es lo más frecuente, de un Estado plurinacional. Entonces esto es lo que hubiéramos tenido aquí, que abordar, desde el primer momento, como no se pudo hacer desde el primer momento, Adolfo Suárez dijo “sinfonía inacabada”.
La España de entonces y la actual
En aquel momento, el 90% de los españoles nacían, vivían y morían en 40 kilómetros cuadrados, y no sabían nada de lo que pasaba más allá, ni sabían nada del extranjero, ni nada sabían en su entorno, y, sobre todo, no podían expresarse, eran gente que no tenían voz. Ahora hay voz, ahora tenemos voz hasta en los móviles, podemos decir lo que queremos, pero sobre todo ha habido la incorporación de la mujer al escenario público. Esto, para mí, es lo más fundamental porque esto ya lo repito con mucha frecuencia porque cuando yo fui a ver al Presidente Nelson Mandela, en una de mis visitas, era el año 1996, lo he contado varias veces porque para mí esto es muy importante yo le dije, “oiga mire yo en la UNESCO, que está dentro del Sistema de Naciones Unidas, precisamente para crear los baluartes de la paz en la mente de los hombres, está para la paz, la organización para la paz. Yo le dije “yo he creado la cultura de paz, para que sustituya a la cultura de guerra”. Hasta ahora siempre estamos si quieres la paz prepara la guerra. Y venga a gastar, inversiones, miles de millones para defender los territorios, ¿y la gente que vive en estos territorios? ¿Quién la protege? ¿Quién le da alimentación? ¿Quién le da agua? ¿Quién le da sanidad? ¿Quién le da sistemas educativos?” Bueno, se me quedo mirando y me dijo, “es verdad” dice, “pero en 10 o 12 años esto cambiará, porque la mujer será la piedra angular de la nueva era.
Principios democráticos en el ámbito internacional
Pues lo primero, tendría que haber un consenso sobre lo que significa democracia. Democracia, y lo dice la Constitución de la UNESCO, los principios democráticos son, la justicia, la igualdad, la solidaridad que tiene que ser intelectual y moral más allá de, y la de libertad. Estos son los cuatro principios, los comportamientos que se adaptan a estos principios democráticos es lo que corresponde a la democracia, y no se puede confundir esto con la consulta a las mayorías, sobre todo a las mayorías enardecidas. A veces, enardecidas porque se les han transmitidos mensajes que son falsos. y, por tanto, lo que tendríamos que hacer quizá sería que España fuera uno de los líderes que restablecen el prestigio de las Naciones Unidas. En el fondo, fíjese que es muy sencillo, es que defendamos que haya unas Naciones Unidas fuertes, democráticas, que tengan la capacidad ellas de saber que territorio hay que defender y cuáles no, y que den un nuevo concepto de seguridad, y que hablen de alimentación y que hablen de sanidad etcétera.
Cambios sociales y retos de la actualidad
Hay que cambiar la mentalidad y esto es muy serio, lo que le estoy diciendo es muy serio. Porque yo cuando llevo a mis bisnietos a la escuela y pienso, “ay ay ay” sino cambiamos de manera radical la educación, no solo para educaros a vosotros, sino para educar a los que gobiernan, educar a los que tienen que tomar decisiones, esta es la educación que ahora se necesita. Además, se necesita con urgencia con apremio, porque si no, no habrá solución, hay problemas que ya no tendrán solución. Y a mi entonces lo que me preocupa mucho es la distracción de la gente. Ahora ya tenemos esta posibilidad de expresarnos los ciudadanos, ¿no es eso? Pues lo tenemos que utilizar. Lo que no puede ser es que estemos todos distraídos, ofuscados, somos espectadores en lugar de actores. Esta es la educación que ahora necesitamos. Que nadie se engañe, esto de estar hablando a veces de que si, “y ahora haremos esta educación”. No, no, no ahora la educación tiene que ser lo que proclama la UNESCO, libres y responsables, y tenemos que ser responsables con las generaciones venideras, y tenemos que tomar ya las medidas que deben adoptarse para que nuestros nietos y nuestros bisnietos no sufran.
Educación, ciencia y progreso
Tuve el honor de que me nombraran rector de la Universidad de Granada en un momento que era fácil de recordar. Era el mes de mayo de 1968 y fue cuando me di cuenta inmediatamente de que la ciencia necesitaba estar cerca de los políticos y que los políticos necesitaban permanentemente el rigor de la ciencia. Después como subsecretario, después como un ministro y sobre todo como Director General de la UNESCO de darme cuenta de la importancia extraordinaria que tiene la ciencia para que la política no hable de cosas que no conoce y conozca la realidad en profundidad.
Si se conoce la realidad en profundidad se puede transformar en su caso también, en profundidad.
Si la conocemos solo epidérmicamente, pues entonces las transformaciones que a lo sumo podemos hacer, son superficiales y con frecuencia muy sesgadas. Por eso, fue en aquel momento donde yo me di cuenta muy especialmente de la importancia que tiene el rigor científico para la política.
Se hace la conexión que es fundamental para el desarrollo de la ciencia, de la biomedicina entre las universidades y los hospitales. Y esto ha sido una fuente de desarrollo científico en la biomedicina de España que ha llegado en estos momentos a ser de primer orden mundial. No tenemos que olvidar, solo lo pongo a título de ejemplo, que hoy el director del Sloan-Kettering en Estados Unidos es un español, se llama Masagué, es uno de los oncólogos en investigación sobre todo en metástasis mejores del mundo. En general ha habido periodos en que se ha entendido muy bien el relieve de la investigación científica. Si queremos hablar de competitividad, si queremos tener patentes, si queremos estar no solo desde un punto de vista científico, sino también desde un punto de vista de aplicación económica de las patentes y de los descubrimientos hay que invertir en ciencia.