Hernán Cortés Moreno, nacido en Cádiz en 1953, es un pintor de larga trayectoria profesional en el campo del retrato. Su pasión por la pintura desde pequeño le llevó a dejar la carrera de Medicina y dedicarse a las Bellas Artes. Personajes de gran significación en la vida política, cultural y social de nuestro país han sido retratados por este artista, entre ellos Sus Majestades los Reyes; los ex presidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar; la primera presidenta del Congreso de los Diputados, Luisa Fernanda Rudi, y los académicos Dámaso Alonso y Pedro Laín Entralgo, entre otros.
Con motivo del 40 aniversario de la Constitución Española, Cortés ha pintado un nuevo cuadro del Rey, Felipe VI, que desde ahora preside el Salón de Ministros del Palacio y pasa a formar parte del amplio patrimonio artístico del Congreso de los Diputados. Al acto de presentación acudieron la presidenta de la Diputación Permanente, Ana Pastor, los miembros de la Mesa de dicho órgano; Alfredo Pérez de Armiñán, presidente de Patrimonio Nacional; Fernando de Terán Troyano, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; y Miguel Falomir Faus, director del Museo del Prado.
El encargo
El «Pintor de la Transición», sobrenombre con el que se conoce a Cortés por la vinculación de sus obras pictóricas con las grandes figuras sociales y políticas de la época, asegura que para él es un «gran honor» haber sido elegido por la Mesa del Congreso para realizar tal encargo y «no podría estar más contento». Pese a ser la séptima vez que el artista retrataba al Rey, Cortés asegura que «imponer, claro que impone», ya que es una responsabilidad el hacer un retrato del máximo representante de la monarquía parlamentaria para la «casa de la soberanía popular».
«Hombre, que venga a posar a tu estudio todo un rey es algo que impone, eso es lógico. Pero no olvide que son personas también que están acostumbradas a ser pintadas, a ser retratadas. Y sobre todo están acostumbradas a facilitarle mucho la labor a la persona que en ese momento está representando su imagen. No se crea que es una cosa especialmente difícil por la dificultad que implica pintarle puesto que precisamente el Rey suele facilitarle mucho las cosas al pintor y colaborar mucho».
Tampoco es la primera vez que el artista trabaja para el Congreso. Entre sus paredes también se encuentra el retrato de la primera presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, o el políptico de los Padres de la Constitución, una obra conjunta en la que retrata a Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez Llorca, Gregorio Peces-Barba, Manuel Fraga Iribarne, Jordi Solé Tura y Miquel Roca Junyent.
Es verdad que yo ya tengo una vieja historia en esta casa, a veces pienso que soy el pintor de cámara del Congreso de los Diputados.
Características del cuadro
El nuevo retrato del Rey, Felipe VI, tiene unas dimensiones de 1,50 metros de altura por 1,50 metros de anchura y ha sido realizado con pintura acrílica sobre lienzo. La obra muestra al monarca vestido de traje civil y sentado en un sillón, bajo una leyenda con la que se conmemoran los 40 años de la Constitución Española, ya que fue encargado coincidiendo con esa fecha..
En palabras del autor, el dibujo es «serio y sobrio», siguiendo una tradición española en cuanto a la gama de colores, como se contempla en los retratos de Velázquez como el Pablo de Valladolid o el del rey Felipe IV de Velázquez. También intenta jugar con distintos elementos: el ambiente que rodea a este es más bien de una arquitectura moderna, aunque el sillón en el que reposa representa algo más la tradición. En cuanto a la actitud que muestra Felipe VI, se trata de la «lógica en el Rey, seria pero a la vez cordial», con una mirada atenta al espectador, algo que le caracteriza, al entender del pintor.
Quise hacer un cuadro claramente institucional pero intentando que fuera una concepción institucional cercana al mundo de hoy, para nada pomposo; evitando que se confundiese lo institucional con lo pomposo o con lo grandilocuente.
El formato cuadrado «no tiene un significado claramente deliberado», pese a que Cortés reconoce que en un cuadro el formato siempre tiene significado. La idea de la cuadratura y la figura en el centro del espacio siempre se le antoja como algo que conviene a un retrato real. Esta ofrece la idea de centralidad que es acorde a la representación de la imagen del rey.
En la séptima vez que retrata al monarca, Cortés reconoce que tiende a depurar la visión del retratado y cree que al poseer experiencia, su última obra es la mejor de todas. “Quiero pensar que he dado aquí una imagen más depurada de él y más profunda psicológicamente que en otras obras”. Pero todas esas son consideraciones que debe hacer el espectador.
Como dice el autor, «es a ustedes ahora a los que les corresponde juzgar la obra y opinar sobre ella».