Bajo el título “Clara Campoamor, los derechos de la mujer” una exposición recuerda la figura de la insigne diputada y defensora del voto femenino, cuyo tesón desde el escaño, consiguió que la Constitución de 1931 reconociera por primera vez en la historia de España el derecho de sufragio activo para las mujeres, un primer avance hacia la plena igualdad jurídica entre ambos sexos.
A través de fotografías, objetos personales de Campoamor, como su escritorio, que se exhibe en el Congreso de los Diputados; recortes de prensa y documentación custodiada en el Archivo de la Cámara Baja, esta exposición recorre no solo la figura de Clara Campoamor, sino también los avances jurídicos en igualdad que se produjeron durante la II República y otros cambios sociales que reflejan un debate abierto en la época.
La exposición se enmarca en los actos conmemorativos por el 90 aniversario de la aprobación del voto femenino, y ha sido organizada por la Dirección de Documentación, Biblioteca y Archivo del Congreso de los Diputados. Su director, Mateo Maciá, explica que la muestra tiene como primer objetivo “la época en que Clara Campoamor vivió en España hasta su exilio en 1936.”
La exposición nos invita a hacer un recorrido documental por la figura y la trayectoria personal y política de Campoamor, los primeros movimientos feministas, los debates parlamentarios durante la tramitación del proyecto de Constitución republicana de 1931 y los derechos sociales alcanzados por las mujeres durante la II República, entre otro hitos de principios del siglo XX.
De esta forma, se da a conocer la trayectoria parlamentaria de Clara Campoamor y su lucha por la igualdad jurídica y el voto femenino a través de documentos que conserva el Congreso, como su credencial de diputada en las elecciones de 1931 o el acta de la Comisión de Trabajo con su designación como vicepresidenta.
La muestra también expone una serie de vídeos sobre los primeros movimientos feministas y las primeras mujeres profesionales en distintos ámbitos que, hasta entonces, estaban ocupados exclusivamente por los hombres. Es el caso de María de Maeztu, fundadora de la Residencia de Señoritas en 1915 e impulsora de la educación universitaria de la mujer.
Además, gracias a la reproducción de una colección de portadas y páginas de periódicos se puede observar cómo la prensa de la época narró las primeras elecciones en las que las mujeres votaron en 1933, dos años más tarde la aprobación del derecho, y la efervescencia social con la que se vivió aquel histórico momento.
Las fotografías ocupan un lugar destacado en la exposición. A través de las imágenes se puede poner rostros a todas las mujeres que fueron diputadas durante la Segunda República: Margarita Nelken, Veneranda García, María Lejárraga, Matilde de la Torre, Francisca Bohigas, Victoria Kent, Clara Campoamor, Dolores Ibárruri y Julia Álvarez Resano. Un total de ocho mujeres en tres legislaturas entre 1931 y 1936.
Los avances jurídicos hacia la plena igualdad entre hombres y mujeres es otro eje de la muestra, que además de exponer los originales de la Constitución de 1931, abierta por su artículo 36, dedicado a la igualdad de derechos electorales, también destaca hitos como la primera regulación de la disolución del matrimonio por causa de divorcio o las enmiendas a este proyecto firmadas por Clara Campoamor. La exposición también dedica un espacio a los derechos sociales alcanzados por las mujeres durante la II República.
Se concluye el recorrido con un reportaje que reproduce la biografía de Clara Campoamor desde sus primeros trabajos hasta la llegada al escaño en 1931 y su papel en la política y académica en la España del primero tercio del siglo XX.