Juan Antonio Corbalán: del deporte amateur al éxito y apertura del deporte español

Abr 5, 2019 | CONSTITUCIÓN 40, En persona-constitucion40

Juan Antonio Corbalán (3 de agosto de 1954) es un ex baloncestista español, considerado por muchos el mejor base europeo de la década de los ochenta y uno de los jugadores con mejor palmarés de la historia de nuestro país. Jugó durante más de 15 años en el Real Madrid, donde logró alzarse con 12 ligas de España, 7 Copas del Rey, 1 supercopa de España y 3 copas de Europa. Fue internacional con la selección española un total de 178 partidos. El mayor logro: conducir a España a ganar la medalla de plata en los europeos celebrados en Francia en 1983 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, tras coquetear varios años con subir al pódium.

Además de ser uno de los máximos exponentes del baloncesto español, Juan Antonio Corbalán es licenciado en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Medicina del Trabajo y Medicina de la Educación Física y el Deporte. Actualmente ejerce como médico.

La Transición

Pues en esa época yo estaba estudiando medicina y lógicamente jugando al baloncesto en el Real Madrid y en el equipo nacional cuando llegaban las épocas estivales. Era algo esperado por todo el mundo. Todo el mundo sabía que una situación como la que tuvimos durante tantísimos años en España era una estacionalidad y todo el mundo esperaba que tarde o temprano aquello sucediera. Creo que Europa nos dio como si dijéramos el visto bueno, el banderazo para decir “señores, vamos a empezar ese proceso” y yo creo que todo el mundo lo vio en una doble vertiente. Primero como un alivio de acabar con una situación que era absolutamente anómala por lo prolongado, y después, como una oportunidad, como un momento de alegría, de homologarnos al resto de nuestros países vecinos. Yo que salía muchísimo al extranjero en aquella época, pues te dabas cuenta la gran diferencia que había de las sociedades francesas o austriacas o alemanas a lo que vivíamos aquí en España. Y entonces aquella etapa fue una etapa desde mi punto de vista, de alegría general una alegría inespecífica, pero un poco como si nos colocaran históricamente en el sitio que siempre tuvimos que estar.

Apertura hacia Europa

Como en todos los órdenes de nuestra vida era una etapa de transición. El deporte hasta ese momento era un deporte fundamentalmente amateur, nosotros veníamos de una época de dictadura donde España estaba un poquito cerrada internacionalmente y por lo tanto, nada obedecía la dinámica que ya existía en Europa y por lo tanto en Estados Unidos, pero en esa época se empezó a producir por supuesto en el fútbol, pero también en otros deportes, un inicio de profesionalización.

El baloncesto pasó de ser un deporte colegial a hacerse un deporte mucho más proyectado hacia Europa con clubes importantes

Y eso ocurrió fundamentalmente en el baloncesto en esa etapa. El baloncesto pasó de ser un deporte más bien te diría casi colegial y de pequeños clubes, a hacerse un deporte mucho más proyectado hacia Europa con clubes importantes.  En aquella época el más importante era el Real Madrid, pero sería injusto no nombrar a un Joventut de Badalona que ya era una realidad y un Barcelona que era un equipo que empezaba a crecer por aquellos años. Y luego, pues había también equipos en Bilbao, es decir, era una puesta al día de un baloncesto que había estado creciendo poquito a poco de forma muy cerrada y que en esa etapa pues todo se empezó a abrir y sobre todo se empezó a abrir hacia Europa.

Éxito con la selección

Aquel acontecimiento fue como un poco la guinda de un pastel, como te he dicho nuestro deporte fue creciendo y creciendo, teníamos grandes clubes que tenían un cierto protagonismo internacional, pero nuestro equipo nacional no acababa de explotar. Entonces para nosotros los sextos puestos, del sexto al octavo, era un puesto bastante digno y Antonio Díaz Miguel, por cierto, que en ese terreno era muy de no dar grandes pasos, sino de ir muy poquito a poco, decía que estábamos bien ahí, ya había muchas voces dentro del equipo. Los jugadores que pensábamos que había llegado el momento de ser un poco más ambiciosos y de declarar públicamente que nuestro equipo tenía que optar en alguna ocasión a estar entre los equipos que se jugaban las medallas. Antonio era muy reacio a eso porque decía “si levantamos falsas expectativas, luego el sentimiento de fracaso puede ser mayor”, pero en esta vida había que ser un poco valiente. Sí, él poco a poco se fue impregnando también de una Selección Nacional que se fue haciendo mucho más joven y con muchos menos complejos históricos. Y entonces pues efectivamente en el 84 se puso la guinda a un pastel que ya había comenzado yo te diría desde finales de los 70, desde el 78- 79 y 80 donde ya habíamos sido pues cuartos en europeos, cuartos en mundiales, cuartos en Juegos Olímpicos, y de repente, 83- 84 nos colocó en medalla de plata en un europeo y medalla de plata olímpica en Los Ángeles.

La internacionalización del deporte español

Yo creo que nuestro deporte como tantas otras cosas que estuvieron tanto tiempo cerrado ocurrió como si nosotros a una gaseosa la estuviéramos agitando dentro de una botella cerrada. Entonces de repente en esa etapa se abre la botella y fue todo un borbotón que se inició como ya te he dicho con el baloncesto, pero ya había otros equipos en hockey, por ejemplo, como equipos que éramos capaces de salir fuera y salir sin complejos porque teníamos una estructura ya hecha, aunque callada. Y poco a poco pues nos fuimos colocando al nivel de los equipos que eran los lógicos con los que teníamos que competir. Esa explosión hizo que muchos más deportes se fueran sumando a esa iniciativa, al tener mucho más contacto con el exterior, y eso fue motivando que aparecieran poco a poco iniciativas, poco a poco personajes y poco a poco la idea de que en España también podíamos organizar grandes acontecimientos que siempre te colocaban un poco en el mapa.

Ya se hizo en el baloncesto, luego se hizo en fútbol con el mundial y finalmente, vinieron los Juegos Olímpicos de Barcelona. Y los Juegos Olímpicos de Barcelona en el año 92 fueron un poco el espaldarazo definitivo, pero el crecimiento hasta el 92 se produjo precisamente en la década previa y fue una ayuda institucional enorme. Nuestras empresas privadas se unieron al consejo superior de deportes, a nuestro comité olímpico y empezamos a vivir una realidad que en España no se conocía. Era un baloncesto y un deporte en general más bien lleno de debilidades porque no teníamos presupuesto para nada. Y el Plan ADO que se hizo para esos juegos olímpicos supuso la renovación definitiva y ahí se lanzó nuestro deporte, porque trajeron buenos entrenadores, el deporte en general se profesionalizó más, se hicieron buenas escuelas, nuestros entrenadores aprendieron en el exterior y poco a poco pues España se convirtió en lo que ha sido hasta ahora.

El Plan ADO que se hizo para esos juegos olímpicos supuso el aggiornamento y la renovación definitiva

A mí no me gusta hablar de una potencia mundial, pero si me gusta decir que España se colocó entre las mejores en muchísimos deportes, claro, conociendo de dónde veníamos, si yo soy un elemento digamos justo en el centro, conocí lo anterior y conocí ese futuro que se iniciaba, pues lógicamente aquello fue vivido dentro. El deporte como una situación enorme y con una sensación de que podíamos ir a mucho más.

Más allá del fútbol…

España se hizo más polideportiva. Eso ocurre como con el conocimiento en general, cuanto más sabes, más posibilidades tienes de saber más y eso es lo que le pasó a nuestro deporte, la gente salió, la gente conoció, nuestras cadenas de televisión se hicieron también cadenas europeas, nos llegaban más influencias de otros sitios, de otras costumbres y de otras aficiones, y lógicamente tanto los aficionados como los deportistas empezaron a descubrir que había más cosas además del fútbol y que además podíamos ser tan buenos como nuestros vecinos. Y, en definitiva, todo el deporte o todo nuestro deporte evolucionó de una manera muy paralela a la afición, nuestros medios que sufrieron también un cambio enorme y el propio deporte y nuestros dirigentes también, por cierto.

Nombres propios y la irrupción de la mujer

Para todos los que vivimos el deporte previo hay situaciones como, por ejemplo, ver que España podía ser campeona de la Copa Davis de tenis, era como una especie de sueño. Realmente nosotros vivíamos de poquitos nombres y cuando hablábamos de hacer un equipo español de tenis era como raro que pudiéramos tener un equipo que aspirara a ser campeona de una Copa Davis, y ocurrió. Y luego fueron apareciendo, últimamente tenemos a Nadal, pero previamente aparecieron muchísimos nombres. Empezaron a aparecer nombres en atletismo con los mediofondistas de mil quinientos, empezaron a aparecer nombres por supuesto en el fútbol, empezó como una especie de nueva generación que luego acabó también siendo campeona del mundo. Pero en general, el ciclismo sería otro ejemplo, yo diría que casi todos los deportes tuvieron un poco su hito, su elemento, que a veces fue un acontecimiento aislado, pero que a mí me gusta valorar mucho más en cuanto a que muchas de esas situaciones obedecieron a un plan que iba creciendo desde la base, la gimnasia, la aparición de la mujer, que era algo casi impensable con el concepto de mujer metida en casa que históricamente había tenido nuestro país.

En fin, que aparecieron muchas cosas y que sería muy difícil así a vuela pluma decir dos o tres, tendríamos que ir deporte por deporte y nos daríamos cuenta como en casi todos esos deportes, España sufrió o tuvo unos hitos específicos y sufrió un cambio enorme. Por ejemplo, ¿Cuándo España iba a pensar que íbamos a tener un gran campeón en patinaje sobre hielo? Para nosotros eso era como de los rusos, de los países del norte, era algo que entendíamos que aquello solamente era algo factible en aquellas sociedades con mucha más tradición deportiva que la nuestra. Y no olvidemos que todo el deporte mundial vino fundamentalmente de dos grandes focos inicialmente, Inglaterra sobre todo con los Juegos, y Alemania y Centro Europa con la gimnasia y posteriormente, Estados Unidos. Pues ahí estuvimos nosotros, nuestros entrenadores, Antonio Díaz Miguel fue un ejemplo clarísimo, pudo viajar a Estados Unidos, se impregnó de todo el conocimiento que rodeaba a la mera expresión deportiva, el deporte necesita la actuación lógicamente, pero necesita estrategia, necesita conocimiento de los entrenadores, pautas de entrenamiento y todo eso lo fuimos adquiriendo en muchísimos deportes y cada uno de ellos desde mi punto de vista acabó siendo o acabó teniendo un momento que se puede considerar un hito en aquella etapa.

De aspiración, trabajo y competición

A mí no me gusta soñar gratis, la gente esa que dice “No, es que tenemos que ser los mejores”, eso para mí son palabras vacías”, yo creo que dentro de cualquier deportista tiene que haber un elemento de exigencia personal y luego tiene que haber un elemento de sueño que no tienes por qué explicitar siempre diciendo lo que vas a ganar o que te llevarías un berrinche por no haber ganado. Yo creo que trabajando y compitiendo y formando a las nuevas generaciones es como te colocas en situación de poder pensar que estás entre los mejores y yo creo que para mí ese fue el elemento fundamental. España aprendió a estar entre los mejores.

Dentro de cualquier deportista tiene que haber un elemento de exigencia personal y luego tiene que haber un elemento de sueño

A mí cuando me decían “¿A qué podemos aspirar?”, yo siempre decía “España debe estar entre los equipos que se juegan las medallas”, “España debe estar entre los cuatro primeros allá donde vaya”, y luego si tienes suerte en los cruces y tienes suerte en los partidos, encuentros o actuaciones definitivas, pues entonces acaba siendo medalla o no, pero estás ahí. Si tú luchas por el octavo puesto podrás ser séptimo, quizás esto, pero nunca tendrás una medalla o nunca tendrás un campeonato.

Una sociedad activa y deportiva

La gente tiende a pensar que cuando hablamos de deporte hablamos solamente del deporte espectáculo, del deporte que se compra o se vende, del deporte de los grandes acontecimientos, del deporte de la televisión, no es así, eso es un error enorme. Por cada deportista de esa categoría, hay cientos de miles de deportistas aficionados, y ya que soy médico y el Pisuerga pasa por Valladolid, te diré que todos y cada uno de nosotros somos deportistas que intentamos entrenar para poder vivir mejor. Esta es una idea que tenemos que meter en nuestra sociedad, vivir bien es una forma de triunfo deportivo y ese triunfo deportivo viene siempre de tener buenos hábitos, que también España mejoró muchísimo en esos hábitos sociales, que nos permite tener una mejor salud y que desde luego nos permite ser más felices. Ya sé que hay muchísimas más variables y no voy a ser un romántico gratuito respecto a eso, pero creo que nuestra sociedad a través de la actividad física y a través del deporte ha entendido que somos un país, que éramos un país creciendo hacia el desarrollo y que ahora somos un país bastante maduro en cuanto a la concepción de cómo se tiene que valorar el deporte y como digo, no tiene que ser solamente el deporte espectáculo. Lo importante del deporte es que esté impregnando a toda la sociedad, y más que deporte diría actividad física. Tenemos que hacer una sociedad que sea activa, saludable y feliz.

Los cambios en los últimos 40 años

Los principales cambios en estos cuarenta años, el elemento fundamental es la homologación de un sistema democrático y la consolidación cada vez más evidente de ese sistema entre nosotros de manera que ya casi toda nuestra población ha vivido en democracia, sabe lo que es y aunque yo considero que en esta vida no hay nada que sea una solución universal parece que la democracia es el modelo más aceptado por todo el mundo y al que creo que debemos aspirar todas las sociedades libres. Por lo tanto, a mí me da la sensación de que esa es la situación, eso es en donde estamos y ese es el elemento que tenemos que preservar para las generaciones futuras.

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