El Palacio de la Carrera de San Jerónimo atesora tras sus muros más de 170 años de historia política: sesiones, debates, actos institucionales, encuentros, actividad diplomática… Más de un siglo y medio que ha dejado su huella también en el patrimonio artístico que custodia. Cuadros, esculturas, tapices, mobiliario y objetos decorativos que decoran las estancias en las que transcurre la vida parlamentaria, que son sometidos a un cuidadoso proceso de conservación con el objetivo de que se mantenga en condiciones óptimas, ya que el Congreso es más que un museo: es la sede de la soberanía.

El responsable del Departamento de Patrimonio Histórico Artístico del Congreso de los Diputados, Luis Enrique Bertrán de Lis, nos cuenta cómo se programan y realizan los trabajos de cuidado y restauración de piezas de índole muy variada y el modo en que estos minuciosos trabajos se acompasa con los tiempos y los ritmos de una institución viva.

Bertrán de Lis: «Los procesos de conservación del patrimonio deben estar programados y al mismo tiempo tiene que haber cierta flexibilidad para adaptarse a la actividad parlamentaria de cada momento»  

Para ilustrar esta importante y constante tarea, las restauradoras y conservadoras Isabel Gallego y Diana Benavente nos explican con detalle cómo se acomete la restauración de piezas de extraordinario valor, como el Reloj Astronómico que da nombre a uno de los escritorios más célebres del Palacio, la gran puerta de uno de los edificios de ampliación del Congreso, que data de mediados del siglo XIX; o la imponente mesa de la Sala Sert.

La conservación de estas piezas es una tarea constante que requiere el esmero de quienes ven su profesión, nos cuenta la conservadora Cristina Picasso, como “una de las más bonitas del mundo. Lo disfrutamos así y nunca nos dejamos de sorprender de todos los rincones, recovecos y decoraciones que se conservan desde el año de la construcción de la obra o modificaciones posteriores hechas por los mejores artistas y de una calidad increíble”.

Limpieza de una lámpara de techo en el Salón de los Pasos Perdidos
dos operarios, manipulando una escultura de bronce en el Salón de los Pasos Perdidos