Uno de los papeles menos conocidos, y no por ello menos relevante, que ejercen las Cortes Generales es su rol en el ámbito internacional. Como explicamos en este post, el poder ejecutivo es quien dirige la política exterior, aunque el poder legislativo, las Cortes Generales, participa en su definición y en el control de su ejecución siguiendo con los mandatos que la propia Constitución le otorga.

Entre las actividades internacionales de las Cámaras, Congreso de los Diputados y Senado, destaca por su naturaleza la diplomacia parlamentaria como instrumento al servicio de los intereses del Estado pero también de la comunidad internacional.

Para hacer una aproximación al concepto de diplomacia parlamentaria, nos hemos citado con María López, directora de Relaciones Internacionales del Congreso de los Diputados, en la Sala Sert de la Cámara Baja, un espacio decorado con unas bellas sanguinas del pintor catalán Josep María Sert que representan a ciudades españolas como Sevilla, Salamanca o Madrid.

Conversamos en este singular espacio para conocer el concepto de diplomacia parlamentaria, su evolución en el contexto español así como en las herramientas a través de las cuales se ejerce esta “diplomacia especializada”.

El ejercicio directo de la política exterior por parte de los Parlamentos

En una primera aproximación a la definición de la diplomacia que ejerce el Parlamento, María López nos explica cómo en su sentido estricto comprende el “ejercicio directo de la política exterior” por parte del Parlamento y de los parlamentarios “a través de encuentros con actores de la escena internacional”.

Sin embargo, también abarca en un sentido amplio funciones parlamentarias tales como “la actividad de control de la política exterior del Gobierno”, la autorización de convenios y tratados internacionales e incluso “la aprobación de leyes que tienen un contenido con incidencia en la política exterior o internacional”.

La diplomacia parlamentaria en un sentido muy estricto es el ejercicio directo de la política exterior por parte del Parlamento, a través de distintos encuentros con actores de la escena internacional. Y se puede entender también en un sentido más amplio como la actividad internacional de las Cámaras, que comprende, por ejemplo, la actividad de control de la política exterior del Gobierno, o incluso la aprobación de leyes que tienen un contenido internacional, y también incluso en la función del Parlamento en la autorización de los tratados internacionales que la Constitución le atribuye”.

La propia forma en la que se ejerce esta diplomacia parlamentaria ha ido evolucionando. En estas últimas décadas “la entrada de las Cámaras en los ámbitos de diplomacia parlamentaria ha sido progresiva”: Más allá de la incorporación a las asambleas parlamentarias de los organismos internacionales de las que España forma parte, 1986 supuso un momento clave por la adhesión a las entonces Comunidades Europeas y por el rechazo de la salida de la OTAN en referéndum.

España comienza a tener un papel más relevante en política internacional, con una presencia es “más activa” en todo tipo de foros internacionales. Y en consonancia, el Congreso de los Diputados va especializando su diplomacia exterior en ámbitos de especial interés como son “el norte de África, los países del Mediterráneo y muy especialmente Iberoamérica, por la lengua común y los lazos culturales”, funcionando así como nexo, por ejemplo, entre la Unión Europea y los países iberoamericanos.

“La especialización de la diplomacia parlamentaria lleva a una multiplicación de la participación de las Cortes Generales en encuentros internacionales”

Otro momento destacado en la evolución de la diplomacia parlamentaria se produce en 2014 con la aprobación de la Ley de la Acción y del Servicio Exterior del Estado, que establece la unidad de la acción exterior del Estado, lo que exige una coordinación entre las Cortes Generales y el Gobierno.

Herramientas de la diplomacia parlamentaria

La labor de diplomacia parlamentaria se ejerce a través de un conjunto de herramientas específicas con un mayor o menor carácter formal que sirven de espacio de encuentro con otros parlamentarios y de foro para crear lazos que sirvan de base a la cooperación y al diálogo.

En primer lugar, tiene un papel destacado la participación a través de delegaciones permanentes en las asambleas parlamentarias de organismos internacionales. En concreto se trata de cinco asambleas parlamentarias en las que España, a través de sus delegaciones de entre ocho y doce diputados y senadores, participa de forma permanente: las asambleas parlamentarias del Consejo de Europa, de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), de la OTAN -cuya sesión anual de 2022 se celebra en Madrid- de la Unión Interparlamentaria y de la Unión para el Mediterráneo.

Una segunda herramienta, con un mayor peso en estos últimos años, son los foros parlamentarios. Junto al foro parlamentario iberoamericano, de carácter multilateral e impulsado por España, se han creado foros bilaterales con Polonia, Portugal, México y Marruecos, que tienen carácter permanente y previos a la celebración de cumbres gubernamentales.

La actividad exterior de los órganos parlamentarios es también una herramienta de gran interés. La Presidencia del Congreso de los Diputados tiene un papel importante en la diplomacia parlamentaria, “porque a ella le corresponden los viajes de más alto nivel”.

“Mantiene encuentros con sus homólogos, a través de invitaciones mutuas, de acuerdo con el principio de reciprocidad. Participa en las Conferencias de Presidentes, entre las que destaca la Conferencia de Presidentes de Parlamentos de la Unión Europea. Además, la Presidencia del Congreso podría asistir en representación del Estado español a distintos foros como tomas de posesión o celebraciones especiales a los que acude, no como presidenta del Congreso, sino en representación como tercera autoridad del Estado”.
Asimismo, la Mesa de la Cámara y las comisiones parlamentarias participan en esta diplomacia parlamentaria a través de su asistencia a conferencias internacionales, su participación activa en los foros parlamentarios y también mediante reuniones y encuentros bilaterales.

En el ámbito de los órganos parlamentarios, dos comisiones cuentan con competencias concretas en el marco internacional: la Comisión de Asuntos Exteriores y la Comisión Mixta para la Unión Europea.

“La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso tiene una función fundamental, el control de la política exterior del Gobierno, pero también celebra comparecencias de autoridades, de expertos… La aprobación de leyes con incidencia en política exterior, y una importante labor de diplomacia parlamentaria de visitas a otras Comisiones de Exteriores de otros Parlamentos”.

“La Comisión Mixta de Asuntos Europeos, compuesta de diputados y de senadores, tiene una relación especial con las instituciones europeas. Realizan los informes de subsidiariedad de las iniciativas europeas y participa cada semestre en la reunión de comisiones de Asuntos Europeos de todos los países de la Unión Europea, la COSAC, una conferencia internacional de la Unión Europea, que tiene una enorme importancia por su periodicidad y por los asuntos que se tratan, que son los principales asuntos de la política exterior de la Unión Europea”.

El valor de la diplomacia parlamentaria

La diplomacia parlamentaria tiene “una labor hasta cierto punto invisible”, que ayuda al Gobierno a mejorar su relación exterior, “al llegar a ámbitos a los que los gobiernos no llegan y al crear lazos de amistad con países a nivel de poderes legislativos”.  Resulta más sencillo porque se trata de encuentros “con un menor peso mediático y más distendidos”, que permiten “el conocimiento directo y personal de parlamentarios de distintos países”.

Con ello, se puede generar un cuerpo de contactos y de relaciones personales, muy útiles con ocasión de posibles conflictos específicos. Se fundamentan en un cuerpo de relaciones estables, independientemente de los cambios de Gobierno, ya que a pesar de que puedan no tener “la misma sintonía política a nivel gubernamental, sí se alcanza a nivel parlamentario”.

La 68ª Sesión Anual de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN en Madrid

La Asamblea Parlamentaria de la de la OTAN se organiza en España en 2022 por petición específica de las Cortes Generales, con motivo del 40 aniversario del ingreso de España en la OTAN. Es la segunda vez que se celebra en España, ya que Valencia la acogió en 2008.

La Asamblea Parlamentaria de la OTAN tiene dos sesiones, en primavera y otoño, siendo la sesión de otoño la más importante, en la que comparece el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ante los parlamentarios de los treinta países de la OTAN.

Entre sus objetivos, continuar con la agenda que se marcó en la cumbre gubernamental de junio, es decir la fijación del concepto estratégico y la autonomía estratégica en el área de Defensa.

El sábado y el domingo se celebran las reuniones de las comisiones política, de economía, de defensa y de la dimensión civil de la seguridad, así como del Grupo Especial del Mediterráneo y Oriente Medio.

Las resoluciones que se aprueben en el seno de estos órganos específicos se remiten a la sesión plenaria del lunes 21 de noviembre, que contará con una importante presencia gubernamental y parlamentaria, que “no quieren dejar pasar la ocasión de estar presentes en esta importante cumbre para España”.