Estudió derecho pero se convirtió en una de las mujeres pioneras en desempeñar el periodismo. Josefina Carabias no estaba destinada a ser periodista. Sus padres no lo eran, de hecho, procedían del campo, pero se acabaría convirtiendo en plumilla “por casualidad, como muchas de las cosas que ocurren en la vida”. Nos lo cuenta una de sus hijas, Mercedes Rico Carabias. En esta entrevista hemos repasado la vida personal y profesional de una de las primeras mujeres que ejercieron el periodismo en España y cuya figura está muy presente en la Cámara desde que, en 2018, se creó en su honor el Premio periodístico que lleva su nombre.
Hoy queremos centrarnos en la figura de esta mujer, también conocida como Pepita, el primero de sus pseudónimos, que pronto dejó de utilizar para empezar a rubricar sus textos con su nombre y primer apellido. Eso sí, “cuando se le permitía”, porque durante años y en plena posguerra, sus artículos finalizaban con un ‘Carmen Moreno’ para evitar represalias y ganar libertad, nos explica su hija, que comienza a relatarnos, con detalle y voz pausada, los primeros pasos profesionales de su madre.
Las dificultades de Josefina Carabias en el colegio
Mercedes Rico cuenta cómo su madre, Josefina Carabias no lo tuvo fácil. “Para mi madre estudiar fue bastante difícil, se tuvo que empeñar mucho. Empezó yendo a estudiar al único colegio que había, donde se podía estudiar bachillerato, que era de chicos”. Cuando llegó a los 14 años, relata Mercedes, le empezaron a decir “que no estaba bien una chica estudiando rodeada de chicos”.
Su madre la cambió de colegio para trasladarla a otro donde “iban las niñas más mayorcitas a coser, a estudiar música”. Pero, aún así, y gracias a su persistencia, Carabias acabaría examinándose de tres cursos para finalmente conseguir el título de bachillerato, algo poco común entre las mujeres de su época.
Este hecho fue el inicio de su vida en Madrid. Aterrizó en la capital donde conseguiría entrar en la residencia de María de Maetzu y donde encontró un ambiente completamente distinto de lo que había conocido: “ahí fue felicísima”, nos cuenta su hija.
Sus primeros artículos como periodista
“Había estudiado derecho, estaba terminando, y le pidieron unas notas sobre las chicas que había en la universidad” para ‘Estampa’, una revista ilustrada en la que, a partir de entonces, comenzaría a colaborar más asiduamente y se haría “tremendamente conocida” ya que “había mujeres en la prensa pero que escribían sobre cosas de mujeres, como cultura, belleza, consejos…” pero no había redactoras en plantilla.
Este primer artículo y sus colaboraciones en otros diarios como ‘Crónica’ o ‘La Voz’, junto con la entrevista que le realizó a Victoria Kent, por entonces Directora de Prisiones, serían los primeros pasos de Carabias en el oficio del periodismo. Pero no solo en prensa escrita, también colaboró en la radio. En concreto, en Unión Radio, germen de la Cadena Ser.
El desarrollo de Carabias en el periodismo político
Carabias comenzaría a dejar huella en la política con sus crónicas parlamentarias, que firmaba en el diario Ahora. Así, pudo contar qué ocurría en las Cortes Constituyentes de la Segunda República, allá por 1931. De hecho, esto fue lo que le llevaría, años más tarde, a escribir perfiles políticos como el de Manuel Azaña.
En 1936 estalla la Guerra Civil y con ella Carabias partiría, junto a su marido, primero a Valencia y después a Francia. En concreto, a París. Desde allí colaboraba, realizando una crónica política por día, con diarios de Buenos Aires.
Con el final de la Guerra Civil se iniciaba el conflicto europeo. “Y una vez tomaron Francia los alemanes, Carabias decidió volver a España”, explica Mercedes Rico. Su marido, que había vuelto antes, estaba preso, y temía que le esperase el mismo destino. Pero, tras muchas horas de controles, “de repente aparece un falangista, de uniforme azul, y dice: tache sus labores, ponga periodista y que espere”. “Buscaron denuncias, antecedentes, algo para meterla en la cárcel y no encontraron absolutamente nada…pero eso sí, le habían prohibido ejercer su oficio”. Esta fue una de las razones, detalla su hija, por las que “tuvo que comenzar a utilizar pseudónimos: el más utilizado era Carmen Moreno”.
Carabias como corresponsal
La segunda reencarnación de Josefina Carabias llegaría en 1948, cuando pudo volver a firmar. Aterrizó en ‘Informaciones’. Y, en 1951, llegaría el despegue de su carrera o, más bien, del reconocimiento profesional: el diario ABC le otorgó el Premio Luca de Tena.
Esto “le hizo mejorar muchísimo la estima que le tenía el conjunto de la profesión”. De hecho, al poco tiempo, ‘Informaciones’ mandaría a Josefina Carabias a Alemania Occidental, en un viaje pagado por este país para contar la reestructuración del mismo tras la guerra. Allí, coincidiría con periodistas de toda Europa y escribió el conjunto de artículos de gran éxito ‘Los alemanes sin uniforme’.
Cuando regresó a España, ‘Informaciones’ la enviaría a EEUU como corresponsal extranjera, a finales de 1954.
Tras un cambio en la dirección de esta cabecera, Carabias decidió volver a cambiar de medio y aceptó la oferta de ‘Ya’, donde también trabajaría como corresponsal, esta vez, en París, donde vivió desde 1958 a 1967.
“Empezó a echar mucho de menos y a tener mucha nostalgia” por volver a España, recuerda Mercedes. Y en Ya le ofrecieron volver y una columna diaria, a lo que Carabias no pudo resistirse.
“La recibieron con mucho respeto porque era la única que había conocido las Cortes de la República y que había trabajado desde la Tribuna de Prensa de las Cortes de la República” y ella lo vivió con mucho gusto.
Poco a poco, en esa etapa de aperturismo, llegaría la transición española. “Le encantaba ir al Congreso y así siguió hasta el año 79”.
Mercedes Rico acaba contándonos cómo Carabias vivió feliz esos primeros años de democracia, cómo le gustaba rodearse de la clase política para conocer in situ lo que sucedía en el Parlamento y como nunca, ni siquiera una vez alejada de los medios, colgó su pluma.
Josefina Carabias encarna el tesón, la sabiduría y la destreza de todo aquel que ejerce la información parlamentaria y política. Y, además, se conformó como la mujer que abrió el paso a muchas otras para que pudiesen ejercer como periodistas.