La conocida como Question Time es una de las fórmulas más populares de control parlamentario al Gobierno: una pregunta, un cronómetro y un intercambio rápido que marca la agenda política del día.
Al hablar de Sesión de Control, de Questions au Gouvernement, de Question Time… hablamos de mecanismos diversos, pero con un objetivo común: que el Gobierno responda en el Parlamento a toda la ciudadanía, a través de sus representantes, sobre los asuntos que suscitan mayor interés público.
Hoy, en Fuera de Agenda, recorremos diversas maneras de plantear las preguntas en las sesiones de control en los Parlamentos. Empezaremos por el Reino Unido, donde nació este modelo; continuaremos con el caso español; analizaremos la espontaneidad de la Asamblea Nacional francesa; y finalizaremos comentando cómo se organizan las preguntas en el Parlamento Europeo.
Reino Unido: origen de las preguntas parlamentarias
Las preguntas se desarrollaron en los Parlamentos medievales bajo la forma de peticiones al Rey, e Inglaterra fue testigo de cómo este derecho de petición sufrió una evolución continua hasta convertirse en un instrumento de control permanente al Gobierno. Hoy, las preguntas orales a los Ejecutivos son uno de los instrumentos tradicionales de control por parte de las Cámaras.
El transcurso de las preguntas deja un amplio margen al Speaker. Una vez abierta la sesión, el primer diputado toma la palabra indicando, únicamente, el número de pregunta que ha registrado previamente y que se encuentra en el orden del día (este es el famoso “question number one, mr. Speaker” con el que comenzábamos este repaso). El ministro, al responder, puede agrupar todas las preguntas que abordan temas similares.
Pero cuando termina el debate de la pregunta, los diputados pueden introducir cuestiones suplementarias que no figuran en el orden del día. El desarrollo de estas preguntas, que muchas veces son el verdadero centro del debate, queda en manos del Speaker. El presidente de la Cámara se encarga de decidir el número de cuestiones que se pueden plantear, si el tema se desvía del punto a tratar o si guarda o no relación con las competencias del ministro que responde.
Para poder valorar este fenómeno, tomemos como ejemplo las preguntas al primer ministro: el líder de la oposición puede plantear hasta cuatro cuestiones suplementarias.
España: la Sesión de Control
En la actualidad, al igual que en Reino Unido, los miembros del Gobierno conocen con antelación las preguntas que se van a plantear. Las sesiones de control del Congreso se celebran los miércoles por la mañana, y las preguntas se registran, como tarde, el jueves anterior, aunque si la actualidad lo requiere se pueden sustituir por otras los lunes o incluso los martes, cuando se celebra el Consejo de Ministros.
La Constitución señala que los Reglamentos de las Cámaras deben establecer un tiempo mínimo para las preguntas e interpelaciones, algo que queda fijado en dos horas a la semana, como mínimo, en la Cámara Baja.
Habitualmente, la Sesión de Control comienza los miércoles con tres preguntas dirigidas al presidente del Gobierno: la primera la formula el líder del partido mayoritario de la oposición y las dos restantes se reparten de manera proporcional entre los demás Grupos Parlamentarios.
Francia: una Question Time más espontánea
En el caso de la Asamblea Nacional Francesa, las preguntas al Gobierno no se notifican ni publican, dando un carácter más espontáneo a la Question Time. Los miembros del Ejecutivo únicamente conocen, con una hora de antelación, el nombre de los diputados que preguntarán.
No obstante, hay una modalidad de preguntas que sí se registran y publican con antelación: son las conocidas como preguntas sin debate (questions orales sans débat), y suelen referirse a temas locales o sectoriales.
El artículo 48 de la Constitución gala reserva, al menos, una sesión por semana a las preguntas de los diputados. Desde 1995, la Question Time se celebra los martes y los miércoles por la tarde (aunque entre 2019 y 2023 se redujo exclusivamente a los martes), y en abril de 2024 se introdujo, “con carácter experimental”, cinco sesiones para preguntar al Primer Ministro.
El caso del Parlamento Europeo
La primera sesión de preguntas se celebró en 1973 y, a lo largo de esa década, se impulsó la creación de una Question Time porque el número de preguntas parlamentarias crecía… Pero también porque se pretendía reforzar los sistemas de control parlamentario y atraer la atención de medios de comunicación y ciudadanos sobre las instituciones comunitarias.
Este turno de preguntas ha ido evolucionando a través de una serie de enmiendas al Reglamento del Parlamento, pero también debido a los cambios en las costumbres parlamentarias y las actitudes políticas. Cuando entró en vigor el Tratado de Lisboa, se reformó todo el sistema de preguntas para adaptarlo al nuevo peso que se daba tanto a la Comisión como al Consejo y al propio Parlamento. Al aumentar el rol de la Comisión, las preguntas orales dejaron de centrarse en los miembros del Consejo para orientarse más hacia preguntas a los comisarios.
No obstante, cuando se solicitan estos turnos de preguntas, el presidente del Parlamento da la palabra a cualquier diputado, garantizando que los representantes con opiniones políticas diferentes y procedentes de distintos Estados tuvieran la oportunidad de formular preguntas por turnos. Además, el diputado que formula la pregunta podrá realizar otra suplementaria, y la Presidencia decide si estas cuestiones guardan relación con la temática de la sesión.
Una fórmula más de control parlamentario al Gobierno
Aunque la importancia de las preguntas que conforman la Question Time varía según la forma política y la tradición de cada país, estas sesiones de control centran la atención de los medios de comunicación y de muchos ciudadanos que las siguen en directo.
Las sesiones de control, en cualquiera de sus variantes, siguen siendo un instrumento esencial de la democracia representativa, que proyecta hacia la opinión pública el ejercicio del control político y la rendición de cuentas.
